Desde el 1 de abril se aplica el Reglamento 775/2018 que regula el etiquetado del origen de los alimentos en la UE. Esta nueva normativa supone realizar una serie de cambios en el actual etiquetado de los alimentos con el objetivo de evitar información engañosa o que pueda inducir a error a los consumidores.
Así, el Reglamento establece que el país de origen o el lugar de procedencia de un ingrediente primario que no sea el mismo que el país de origen o el lugar de procedencia mencionados en relación con el alimento, se indicará de una de las siguientes maneras:
– Mediante referencia a una de las zonas geográficas siguientes:
– Mediante la siguiente declaración: «El ingrediente primario (denominación) no es originario de (país de origen o lugar de procedencia del alimento)», o cualquier expresión similar que pueda tener el mismo significado para el consumidor. En este caso, el tamaño de la letra no será inferior al tamaño mínimo establecido en el artículo 13, apartado 2, del Reglamento (UE) n.o 1169/2011.