En la búsqueda por alcanzar las expectativas de sus consumidores, las empresas prevén anualmente las tendencias que pautarán las decisiones de compra. El impacto de la COVID-19 en ellas ha sido notorio y, por ello, el Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga) ha analizado cómo se han visto afectadas.
Según datos de GlobalData, las ventas en 2018 de alimentos con beneficios para la salud alcanzaron casi los 800 mil millones de euros a nivel global, de los cuales el 20% correspondieron a productos funcionales. Sin embargo, con la previsión de grandes declives en las economías globales para el próximo año y con los ojos puestos en la salud, los alimentos asociados al concepto de lo saludable entrarán a competir por la atención de unos consumidores cada vez más cautelosos y exigentes.
El impacto de la COVID-19 en las tendencias de alimentación del año 2020 ha provocado la aceleración de muchas de ellas. A continuación, pueden conocerse aquellas más relevantes y acentuadas por la situación postcovid:
Para realizar un análisis holístico del impacto de la COVID-19 en las tendencias de consumo preestablecidas, algunas de las variables que deben tenerse en cuenta son: el cambio estacional, el tiempo en casa, el estado emocional durante el confinamiento y la afectación del bolsillo. A estas se le suman: la edad del consumidor, la frecuencia del uso de tecnologías, redes sociales y plataformas e-commerce, la exigencia por la transparencia y la trazabilidad, los hábitos de alimentación ya interiorizados y el gusto y tiempo destinado a cocinar.
Una crisis sanitaria como la actual hace que los consumidores sean más conscientes de la calidad, estando dispuestos a pagar más por alimentos santos y nutritivos. Sin embargo, la situación económica derivada también influye en el poder de gasto. Por ello, la sociedad analizará cada vez más la relación coste-beneficio en su decisión de compra.
En este sentido, Clusaga trabaja en el proyecto europeo Atlantic Area Healthy Food Eco-System (AHFES), que busca mejorar la competitividad y crecimiento de las pymes en la cadena de valor de la alimentación saludable y la vida diaria, contribuyendo a desarrollar un ecosistema transnacional de innovación que ayude a las entidades a acceder a información, partners y mercados y a alinear sus productos y servicios a las necesidades y expectativas del consumidor.
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